Agencia El Universal|Ciudad de México.- Santiago y Marcelo son dos de los, al menos, 19 fallecidos durante las protestas de los últimos días en Colombia.
Ambos eran jóvenes, les faltaba muy poco para concluir sus estudios de bachillerato y ya pensaban en su futuro como universitarios.
A los dos los alcanzaron balas policiales en medio de la ola de manifestaciones callejeras registradas en Colombia desde el 28 de abril contra el proyecto de reforma tributaria del gobierno de Iván Duque.
El presidente ya retiró el proyecto y su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, presentó su renuncia este lunes.
Los padres de los dos jóvenes reclaman justicia. Un pedido que apunta no solo a la policía, también a las fuerzas armadas y al propio presidente Duque.
Injusticia
Marcelo decidió salir a las protestas contra la reforma tributaria «cansado de tanto abuso», cuenta a BBC Mundo su padre Armando Agredo.
La familia vive en Cali, la ciudad capital del Valle del Cauca (suroeste del país) que fue el gran epicentro de las manifestaciones callejeras.
«Marcelo tenía 16 años cuando lo alcanza un disparo. Mi hijo no tenía absolutamente nada en la mano, ningún arma. No era una amenaza. ¿Cómo le pueden quitar la vida a una persona indefensa? Por eso pedimos justicia», señala el padre.
Agredo relata que su hijo le dio una patada a un agente policial que se acercaba al grupo de manifestantes y eso provocó que el uniformado sacara su arma.
«No se justifica. Una patada no justifica que disparen a matar contra un muchacho sano, sin armas. Una patada no es para quitarle la vida a un ser humano», afirmó.
El padre sostiene que es «infame que maten jóvenes desarmados».
«Es un abuso de autoridad de una persona que tenía un revólver cuando mi hijo no tenía absolutamente nada», concluye.
Por su parte, Miguel Murillo, el papá de Santiago, tampoco encuentra justificación alguna para el disparo en el pecho que terminó con la vida de su hijo en Ibagué, capital del departamento de Tolima (oeste del país).
«Mi hijo ya se iba para su casa, no estaba en ninguna marcha. Los testigos me contaron que cerca de ellos pasó una tanqueta, alguien le lanzó una piedra y salieron los policías. Yo no sé por qué reaccionaron de esa manera para impactar con una bala a Santiago», cuenta.
El padre calificó lo sucedido como un episodio «cruel» y añade que incluso si no se hubiese tratado de su hijo amerita todo el repudio.
«No tienen derecho a hacer lo que hacen. Lo peor es que en este país se ve esto todo el tiempo. Son muchos crímenes similares los que se han cometido, matar pelados (jóvenes) causa mucho dolor en las familias», afirma.
En el reporte de la Defensoría del Pueblo sobre las causas de los fallecimientos se señala que tanto Marcelo como Santiago perdieron la vida por armas de fuego.
11 de las muertes en las protestas confirmadas oficialmente se produjeron en Cali, también se registraron decesos en las ciudades de Bogotá, Ibagué, Madrid, Medellín, Neiva, Pereira, Soacha y Yumbo. La mayoría de los fallecidos y heridos son jóvenes.
«Terroristas»
El gobierno de Duque les dio a las manifestaciones contra la reforma tributaria y otros problemas que atraviesa Colombia el tratamiento de «amenaza terrorista».
Así lo señaló este lunes el ministro de Defensa, Diego Molano, que responsabilizó a disidencias de la exguerrilla FARC y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) por los «actos premeditados».
«Estos grupos terroristas tienen planes de asesinar a nuestros policías, ya acabaron con la vida del capitán de la policía Jesús Alberto Solano, en Soacha. Han dado la orden de quemarlos», afirmó la autoridad gubernamental.
Molano resaltó la actuación del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), una unidad policial cuestionada en los últimos años por uso excesivo de fuerza en sus operativos y que otra vez es señalada por los fallecidos y heridos de los últimos días.
Por su parte, el presidente Iván Duque reafirmó el domingo que no se iban a replegar a los uniformados en los puntos donde se produzcan «actos de vandalismo».
El mandatario anunció una convocatoria a los partidos para reunirse con sus líderes a lo largo de la semana.
Mientras tanto, diferentes organizaciones que son parte de las protestas anunciaron que no abandonarán las calles pese a la decisión gubernamental de retirar la reforma tributaria.
Historia que se repite
Dilan Cruz falleció en noviembre de 2019 con 18 años, también en medio de una ola de protestas y a manos de la policía.
De inmediato su rostro se convirtió en una de las banderas de manifestantes colombianos muchos de los cuales volvieron a las calles en los días recientes.
Su caso es visto por los manifestantes como un ejemplo de la impunidad que supuestamente gozan las fuerzas del orden que, por ejemplo, han sido acusadas de violar menores o ejecutar civiles y hacerlos pasar como guerrilleros.
Por ello, los padres de Santiago y Marcelo sostienen que no desistirán en su intento de lograr justicia para sus hijos.
«Han matado muchos chicos y eso tiene que parar. Se deben implantar castigos y cambiar la formación de los policías para evitar estos crímenes», opina Miguel Murillo.
El padre Santiago añade que el presidente Duque «debería ponerse en los zapatos de las víctimas».
«Él también debe tener hijos y por eso debería poner un freno a tanta violencia que deja tantos muertos. El gobierno tiene todo en sus manos. Si no hay castigo, los policías van a seguir matando sin miedo», afirma.
Armando Agredo, padre de Marcelo, también cree que las protestas sociales ya no pueden desembocar en la muerte de jóvenes.
«Estamos hablando de masacres y no debería ser así. Tiene que existir justicia y los responsables tienen que ir a la cárcel. Lo más pronto posible», concluye.