Jaime López||Tuxtla Gutiérrez.- Bastó que un solo normalista de la Rural Mactumactzá rompiera la última minuta de trabajo, para que se desatara un ambiente de caos en la ciudad capital, naturalmente alentado por un presunto activista llamado Diego Cadenas, quien en tiempos del gobernador Manuel Velasco Coello supo negociar a su favor “supuestos movimientos sociales”.
Tres de los cuatro normalistas que conforman la Comisión firmaron la última minuta de trabajo, sin embargo, solo uno de ellos rompió el pacto de civilidad. Incluso, se hizo una reunión con la Secretaría de Gobernación, en la que incluso estuvieron integrados líderes de la SNTE-CNTE.
En este sentido, los estudiantes de la Normal Rural Mactumactzá ignoran los acuerdos, endurecen sus exigencias, manipulados también por personas como Pedro Gómez Bahamaca, líder de la Sección 7 de la SNTE-CNTE, y el mismo Diego Cadenas, quienes abusan de la fragilidad de conciencia de los normalistas.
Todo este movimiento de anarquismo tiene intereses personales, ajenos al mejoramiento de la calidad educativa, en la que llaman con engaños y falsas banderas a padres de familia, padres de Ayontzinapa y a organizaciones sociales.
Deberían detener a los autores intelectuales de los causantes de secuestros de camiones de pasajeros, daños a edificios públicos y privados, quemas de patrullas, de saqueo de camiones de carga, incluso retención de pipas de combustibles con los choferes, usando granadas, bombas molotov, cohetones, entre otros artefactos, que pone en peligro la integridad de la sociedad y de ellos mismos.
Para variar, esta madrugada normalistas vandalizaron las instalaciones del INE, en la delegación Terán; bloquearon el crucero del Libramiento Norte y Calzada Vicente Fox, en Tuxtla Gutiérrez, donde nuevamente con granadas y bombas molotov intentaron replegar a la policía.