Agencia El Universal|Ciudad de México.- La escritora Fernanda Eguiarte y el director Marcelo Tobar querían, a través de la serie «Amarres», honrar a la clase media mexicana. Tanto en la historia como dónde se desarrolla y el aspecto visual del programa buscaron representar un sector que consideran no es tan visto.
“De repente veíamos en las series mexicanas el asunto de aspiracionismo muy pop donde parece que el color sale más de una revista que del que emana de la cultura mexicana”, dice Tobar.
Para esa tarea y con el diseño de producción de Roberto Zamarripa consideran que lograron un equilibrio entre el realismo del color mexicano y de la colonia Popotla, donde vive el protagonista, contrario a locaciones como los usuales de la Roma.
“Es una de las cosas que más nos enorgullece de Amarres, se mueve en Popotla y una de las locaciones principales es la casa que fue diseñada por una mujer arquitecto y que se inventó una casa a su medida y con toda la imaginación del mundo que está llena de magia”, recuerda.
“Es momento de contar no sólo esas locaciones, también ese universo de personas parecidas a nosotras que no se han podido reflejar muchas veces porque creíamos que así no iba la televisión y ya nos dimos cuenta que sí”.
La comedia dramática que se estrenará este mes por la plataforma de entretenimiento HBO Max está protagonizada por Ana (Gabriela de la Garza), quien es una madre y mujer diferente que rompe con lo convencional; cuando enfrenta una mala situación económica debe recuperar la tradición familiar de la magia prehispánica y los amarres.
Entre los temas que presenta la serie, además de la familia, están la homosexualidad, el poliamor, el divorcio, y la transformación que tiene el rol de las mujeres.
En la pantalla acompañan a Gabriela, Hugo Catalán y Juan Pablo Medina, entre otros.