Oswaldo Chacón, de consejero electoral a parásito en jefe del IEPC

Por Francisco Gurguha

Justo en un día como hoy pero de 2016 el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, aprobó y acordó la designación del “Consejero Presidente y las Consejeras y los Consejeros Electorales del Órgano Superior de Dirección del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas” mediante “Resolución INE/CG80/2016”, para que ocuparan sus cargos por un período -no mayor- de siete años para Oswaldo Chacón Rojas y el resto por tres, únicamente.

El 1 de mayo, Oswaldo Chacón Rojas rindió protesta de ley ante el pleno del IEPC y posteriormente a quienes lo han acompañado en esta burda farsa del arbitraje electoral que, más bien, han sido, todos, una comparsa de los partidos dominantes y de servidores públicos empoderados, quienes le pagan por debajo del agua a quien se dice y ostenta como el promotor de la democracia.

Su amplio currículum que presume por todos lados, de nada le ha servido para demostrar su capacidad en el cargo, por el contrario, es cómplice de violaciones flagrantes a la Ley Electoral del Estado y, pese a que es menester del IEPC sancionar por oficio actos ilícitos, este sujeto se hace de la vista gorda mientras ocupa su tiempo en gastarse el presupuesto de la institución en viajes fuera y dentro de la entidad, incluso fuera del país, con cargo al erario estatal.

Desde su arribo (de arribismo) el 1 de junio de 2016, Oswaldo Chacón Rojas, hijo putativo de Pablo Salazar Mendiguchía y adoración de Manuel Velasco Coello, ha manejado “Para el sostenimiento de actividades ordinarias permanentes del IEPC”, casi mil millones de pesos, que nada tienen que ver con las prerrogativas otorgadas para partidos políticos cuyo monto es superior.

Haciendo un recuento de los daños, Chacón Rojas manoseó el presupuesto a su manera de la siguiente forma: En 2017: $211,731,698.82; en 2018: $225,290,912.24; en 2019: $132,403,762.30; en 2020: $111,501,793.00; en 2021: $553,918,645.78; en 2022: $182,136,062.81 y, para este año, en el cual sólo estará casi la mitad de 2023, se le asignó un presupuesto “Para los Proyectos Vinculados al Proceso Electoral” de $172,189, 963.08

Pero, este cacique del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana que, viaja, come y chupa de gorra, con cargo al feudo oficial y otras componendas partidistas, ha “administrado” recursos provenientes de sanciones; por citar algunas: Al PRD julio de 2016: $414,505.00; a Willy Ochoa en 2017: $1,509,800.00; a la revista «C&E Campaigns & Elections, México en 2017: $754,900.00; a Estrategia y Marketing de México, S.A. de C.V. en 2017: $365,200.00 y a Jorge Martínez del PVEM en enero de 2021 con: $86,880.00 La pregunta obligada es ¿dónde está todo ese dinero que no cayó de ningún ejercicio fiscal aprobado por el Congreso del Estado de Chiapas?

Es obvio que este tipo ha hecho de las suyas con recursos públicos y no ha habido ninguna entidad sancionadora que le haya fincado responsabilidad alguna, como tampoco se le han auditados sus siete años de ejercicio indebido de la función pública.

Por cierto, y como dato superfluo, en 2021 la empresa «Estrategia y Marketing de México, S.A. de C.V.», la cual es representada por el C. Amauri Antonio de la Cruz Jiménez, fue sancionada por el “no retiro de propaganda del diputado local Eduardo Ramírez Aguilar, dentro de la temporalidad prevista en la norma, por lo que se le impuso a dicha empresa una multa por la cantidad de $365,200.00 (Trescientos sesenta y cinco mil doscientos pesos)”.

En ese entonces, el Doctor Chapatín, ¡perdón! El Doctor en Derecho Electoral, intentó reivindicarse con la institución a la que, hasta esa fecha, la había usado como retrete de mercado público municipal y comenzó a sancionar a medio mundo bajo la premisa del cumplimiento de las leyes electorales y la farsa de que nadie está por encima de la ley. Para ese show cabaretero expuso que los actores sancionados habían violentado lo establecido en la normatividad electoral, particularmente en los artículos 3, 183, 191, 192, 193, 194, 269 y 273, del Código de Elecciones y Participación Ciudadana, mismos que deberían aplicarse a los que hoy, en su cara y burlándose del pueblo, se publicitan usando recursos de procedencia “inexplicable”.

En su página oficial exhiben una serie de “acciones emprendidas” contra quienes asumen dichas posturas ilegales en tiempos no electorales ni permitidos por la ley; incluso se atreven decir que cuentan con un equipo “sofisticado” en el ciberespacio para observar en las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y otras de uso común, aquellas actividades sancionadas por esa letra muerta que la usan para limpiarse después de rebosarla de inmundicia.

En estos cinco meses de su agonizante gestión, el dedo chiquito del capo Manuel Velasco Coello, manejará todavía, de acuerdo con el proyecto de egresos 2023, $127 millones 983 mil 491.55 pesos, destinados al cumplimiento de actividades sustantivas del IEPC; y 35 millones 985 mil 248.01 pesos para tareas preparatorias del Proceso Electoral 2024 y 8 millones 221 mil 224.24 pesos a actividades de la Contraloría General. Jugosa cantidad para cinco meses de agonía que le quedan a este irredento servidor público que hizo durante todo este tiempo un chiquero a su servicio.

Y alguna complicidad debe tener también el Tribunal Electoral porque, a estas alturas, de oficio, ya se hubiera aplicado responsabilidad administrativa por promoción personalizada, expresamente prohibida por el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a los que, sin pena ni gloria, se burlan de los chiapanecos porque del IEPC, simplemente

Y les dejo este párrafo de un panfleto fijado en el portal de la institución, risible y ñoño: “El consejero presidente Oswaldo Chacón Rojas expresó que, en este asunto se acreditan los tres elementos que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha establecido. Es importante que la ciudadanía sepa que hay procedimientos iniciados contra otros actores políticos que han contratado espectaculares o empresas para para posicionarse a través de diversas actividades, pero son procesos que se encuentran en diferentes etapas de la investigación; “no estamos actuando contra unos y solapando a otros, esta autoridad electoral ha dado muestras claras de que actúa con imparcialidad, sin importar colores, partidos políticos y sin sujetarse a intereses de grupos”.

Sin duda, en breve habrá de salir por la puerta trasera como las chachas porque, dudo sea recipiendario de alguna legión honorable como para merecer reconocimiento alguno a su “vasta trayectoria” rebasada por el desdoro. Será más bien el punto final al reducto de parásitos encabezados por él ante la imperiosa necesidad de devolverle la dignidad a los chiapanecos que, en los últimos sexenios, hemos sido engañados por una falsa democracia electoral que estuvo en manos de intereses mezquinos y de mafias políticas que aún asolan el país.