David Martínez|Tuxtla Gutiérrez
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dijo estar convencido de ser el próximo presidente de la República y el encargado de continuar la Cuarta Transformación que hoy encabeza el mandatario federal Andrés Manuel López Obrador.
En entrevista para Café Milenio, el encargado de la política interna del país admitió que no son los tiempos, por lo que no es ni corcholata ni tapado de, Andrés Manuel López Obrador, sí que no soy, -dijo- ni lo otro
¿Usted va a ser candidato a la presidencia, quiere ser candidato a la presidencia por Morena? El secretario de Gobernación respondió: “Mire yo voy a ser presidente y voy a ser el que continúe la transformación, que consolide la transformación”.
El tabasqueño añadió que aspira a ser quien consolide, quien continúe con la obra de transformación del presidente López Obrador quien ha marcado no nada más a una época o a una generación, ha impreso su sello en la vida política del país y quienes lo acompañamos, dijo, seguramente “estamos comprometidos a continuar con esa labor de transformación”.
Ante la pregunta de cuál es el sello de Adán Augusto para el que no está a gusto con él, López Hernández repuso que “en su momento habrá que trabajar en algunos temas en los cuales debemos de seguir construyendo. Por ejemplo, este gobierno ha hecho muchísimo más que las últimas cuatro administraciones en el asunto de obras de infraestructura hidráulica, es algo que a lo mejor no se ve o no se sabe, pero los números ahí están”.
Luego de señalar que la oposición está haciendo su luchita, de cara al 2024, López Hernández indicó que la ve dispersa, que no ha alcanzado a encontrar su identidad, que lo ha intentado, no es fácil, pues la conjunción de intereses en torno a un bloque opositor.
Añadió que “dicen los que saben de números que, si hoy fuese la elección, el candidato de Morena ganaría por mucho la presidencia, que Morena ganaría la mayoría de las gubernaturas, de las nuevas gubernaturas en disputa el año próximo y desde luego la mayoría en las cámaras”.
Al cuestionarlo acerca de que si resultara ganador qué papel les daría a los otros aspirantes a la presidencia, López Hernández expresó que “no es momento de egoísmos y que quienes estamos en esto, participamos, somos parte de un movimiento, algunos podemos decir que en mayor o menor medida, pero todos formamos parte de un movimiento y estamos aquí porque creemos en ello, porque creemos que el país inició ya un proceso de transformación que muchos creyeron que nunca se iba a dar, entonces es indispensable para que esto se consolide, pues que haya unidad (…) yo creo que todos somos parte del movimiento de transformación y que todos tenemos el compromiso de seguir siéndolo”.
Dijo que continuarían las conferencias matutinas, aunque más cortas. En otro orden de ideas, advirtió que será presidente, no para culpar al pasado sino para terminar de consolidar esta obra de transformación.
Cabe recordar que la amistad que le une a Adán con López Obrador es casi familiar y que le fue “heredada” por su padre, Payambé, amigo personal del presidente. Desde ahí viene el vínculo que les enlaza y les ha puesto en el actual contexto, con uno dirigiendo al país y el otro aspirando a sucederle.
Es el otro López, también tabasqueño. Parecido, aunque por propia personalidad, diferente. Pero en el aún hipotético ejercicio del poder se asume idéntico: en su visión, dice, está continuar las mismas políticas públicas desde la Presidencia de la República, tanto que no considera necesario realizar cambios en las políticas sociales ni de seguridad.