Ciudad de México
Un grupo extremista planeó y al parecer se disponía a cometer el derrocamiento violento del gobierno local, el secuestro de su titular y otros funcionarios públicos y el ataque contra las fuerzas del orden para desatar una guerra civil.
Pero ello no se ubica en un país lejano, ni en una época de revoluciones armadas.
Era un plan que individuos de ultraderecha concibieron en Michigan, específicamente dirigido para raptar a la gobernadora Gretchen Whitmer y desatar con violencia el caos en ese estado. Todo ello en el contexto de la ominosa polarización política que se vive en Estados Unidos en medio de la pandemia de covid-19.
Al agradecer a los oficiales y autoridades que colaboraron en el desmantelamiento del complot, la gobernadora Whitmer dijo que milicias planeaban secuestrarla e incluso matarla.
De acuerdo al coronel Joe Gasper de la Policía Estatal de Michigan, se trató de un caso de una naturaleza “sin precedente”, de acuerdo al periódico The Detroit News.
El complot fue desarticulado por fuerzas federales del FBI y de la Policía Estatal de Michigan y se anunció que a seis individuos se les fincaron cargos penales federales, mientras que el estado de Michigan acusó también, en cargos aparte, a otras siete personas.
El FBI reveló las acusaciones por conspiración para secuestrar a la gobernadora de Michigan y reveló cómo se identificó el complot. Al parecer, los implicados en el plan consideraban que los gobiernos estatales que impusieron medidas restrictivas para frenar la expansión del covid-19 violaban la Constitución, una noción falsa pero que se encuentra extendida entre grupos de extrema derecha, muy proclives a poseer y portar públicamente armas de fuego de alto poder, incluso en espacios gubernamentales, como sucedió tiempo atrás cuando milicianos armados entraron en el Capitolio estatal de Michigan, si bien en esa ocasión no se registraron allí actos violentos.
Cabe señalar que, en abril pasado, durante uno de los momentos más severos de la pandemia, el presidente Donald Trump publicó una serie de tuits en el que llamaba a “liberar” varios estados, entre ellos Michigan. Esa liberación implicaba la reapertura completa y prematura de las actividades en plena pandemia, en línea con la continua práctica de Trump de desdeñar las medidas de control del covid-19 y de convertirlas en un asunto de confrontación y presión política.
En ese contexto, aunque no hizo alusión a Trump pero sí a la severa polarización política vigente, el fiscal federal del Distrito Este de Michigan dio que “todos en Michigan podemos estar en desacuerdo sobre política… Pero esos desacuerdos nunca deben desembocar en violencia”.
Los acusados por la justicia federal se llaman Adam Fox, Ty Garbin, Barry Croft, Kaleb Franks, Daniel Harris y Brandon Caserta. La casa de Garbin fue objeto de una redada policial la pasada noche del miércoles 7 de octubre.
Los extremistas acusados en el complot contra la gobernadora de Michigan, indica The Washington Post, comenzaron a ser identificados por el FBI cuando se detectó actividad en redes sociales a principios y mediados de 2020 en posts en los que se discutía derribar a gobiernos estatales. En junio, dos de los acusados viajaron a Ohio para reunirse con otros individuos y discutir crear un grupo mayor. Allí, de acuerdo al FBI, se habló la posibilidad de emprender acciones tanto pacíficas como violentas.
Las autoridades continuaron vigilando a esos individuos. Uno de ellos, Fox, comentó por teléfono que necesitaba 200 personas para irrumpir en el Capitolio estatal y secuestrar a Whitmer y otras personas, para enjuiciarla a la gobernadora por “traición”, de acuerdo al Post.
La vigilancia de ese grupo continuó y aunque ellos se reunían en lugares clandestinos y utilizaban medios encriptados para comunicarse, las autoridades lograron infiltrar a un agente entre el grupo que actúo de modo encubierto y, portando micrófonos ocultos, grabó conversaciones en esas reuniones.
Por ejemplo, en una se discutió disparar con armas de fuego contra la casa en la que Whitmer pasa sus vacaciones para luego secuestrarla. Y miembros de ese grupo practicaron la detonación de explosivos, los que, aunque no estallaron como esperaban sí habría revelado que las intenciones de ellos eran severamente violentas.
De acuerdo a The New York Times, durante el verano los implicados realizaron entrenamiento en el uso de armas de fuego y explosivos, en presunta preparación para realizar su ataque.
En julio, de acuerdo a grabaciones de la policía, Fox dijo que el mejor momento para secuestrar a Whitmer sería cuando llega o sale de su casa de vacaciones o de la residencia oficial de verano. Y, comentó Político, Fox habría dicho con rudeza que él iría a “agarrar a la jodida gobernadora, solo agarrar a esa perra. Porque en ese momento, lo sabemos, se acabó…”.
Y, a finales de agosto o principios de septiembre pasado, miembros de ese grupo recorrieron los alrededores de la residencia de la gobernadora e incluso revisaron lugares para colocar explosivos.
“No vamos a dejarles que dejen arder nuestro jodido estado, me importa un carajo si solo somos 20 o 30…, iremos allí y usaremos fuerza letal”, dijo Fox según grabaciones de audio realizadas por las autoridades durante sus investigaciones.
Al final, las autoridades decidieron actuar el pasado miércoles, realizaron varios arrestos y desmantelaron la conspiración antes de que sucediera, algo que al parecer era inminente pues los extremistas, se acusa, planeaban atacar antes de las elecciones del 3 de noviembre.
“Si violas la ley o conspiras para cometer violencia contra quien sea… te encontraremos y llevaremos ante la justicia”, dijo Whitmer al referirse al desarticulado complot en su contra. Ella además criticó a Trump por su renuencia, como se vio en el pasado debate presidencial, a condenar a los grupos supremacistas blancos.
En paralelo, la procuradora estatal de Michigan, Dana Nessel, acusó a otras siete personas, vinculadas a la milicia denominada Wolverine Watchmen, de proveer apoyo material para cometer terrorismo, entre otros cargos. Al parecer habría conexiones entre esa milicia y los autores del complot contra la gobernadora de Michigan.
De acuerdo a la procuradora Nessel, a esas siete personas “todas las cuales están bajo custodia y tienen ligas con la milicia Wolverine Watchmen” se les fincaron un total de 19 cargos vinculados con delitos de terrorismo y posesión ilegal de armas. Los acusados son Paul Bellar, Shawn Fix, Eric Molitor, Michael Null, William Null, Pete Musico y Joseph Morrison, de acuerdo a The Detroit News.